La distribución se articula en torno al vestíbulo de entrada otorgándole un gran protagonismo, ya que se convierte en un espacio con funciones múltiples, sirviendo de filtro interior-exterior, público-privado, día-noche, además de añadirle la función de regulador natural de la temperatura interior de la vivienda mediante el lucernario que se abre en su parte superior. La orientación este-sur-oeste permite la entrada constante de los rayos de sol durante todo el día, a través de los vidrios, en los meses fríos (de noviembre hasta abril, cuando el grado de inclinación del sol respecto a la superficie terrestre es menor), produciendo un calentamiento del aire interior y de los materiales de construcción que conllevará un menor uso de la instalación de calefacción en toda la vivienda al ser el centro de la misma, con su consiguiente repercusión económica y ecológica. En los meses cálidos (de mayo hasta septiembre, el grado de inclinación solares es mayor) el sol no penetrará a través de los vidrios, que permanecerán en sombra durante la mayor parte del día gracias al alero que los protege. La iluminación natural está garantizada a través del mismo, siendo un pozo de luz indirecta.
Vivienda unifamiliar en Busto